Una vivienda que respira identidad y coherencia. Cada estancia refleja una parte del carácter de la familia: desde la cocina, protagonista indiscutible del hogar, con tonos terracota fusionados con neutros, hasta el salón con un sofá a medida de la firma Amelia Delhom.
En el comedor, el blanco y el negro crean equilibrio visual, mientras que los textiles y tapizados a medida aportan textura y serenidad.
La habitación principal, con un cabecero diseñado por el estudio, se inspira en la elegancia parisina. Cada dormitorio conserva su propia personalidad, manteniendo la armonía del conjunto.
Un proyecto donde la funcionalidad se une al alma del diseño, creando una casa pensada para disfrutar cada día.